El murciélago es un hallazgo, descubierto tras varios años de investigación, que podría encuadrarse entre las figuras del análisis técnico del mercado de valores. Sin embargo es mucho más que una simple herramienta de análisis técnico. Su potencia y rentabilidad es de tal envergadura, y los indicios aportados sobre el conjunto del ciclo son tan valiosos que sin duda es algo más que una figura técnica.
Lo primero que la distingue es que permite salir y entrar en los puntos máximos y mínimos aprovechando totalmente el recorrido de las cotizaciones. Un segundo aspecto es que nos advierte no sólo de la dirección que va a tomar el mercado de forma inmediata, sino como lo hará en las dos ondas siguientes. Además, anuncia siempre movimientos rápidos y profundos por lo que ofrece grandes rentabilidades en cortos espacios de tiempo. Finalmente posee una alta fiabilidad, funcionando en un tanto por ciento muy elevado de las ocasiones.
Los murciélagos suelen formarse cuando el ciclo está maduro, generalmente en la última onda de impulso alcista, por lo que una vez culminado tendremos un mapa muy aproximado de cómo y dónde finalizará dicho ciclo. Nos permite no sólo esquivar las grandes correcciones sino sacar provecho de ellas, y nos libera del factor sorpresa, pues nos advierte de que se va a producir una corrección severa que nadie espera, a la que seguirá un gran alza, evitando así que los operadores actúen con el pie cambiado en momentos de intensa volatilidad.
El murciélago viene siempre precedido de un movimiento al alza fuerte y continuado, por eso se produce en los momentos de madurez del ciclo, generalmente cuando el mercado ha llegado a una valoración justa para un entorno económico dado, y nos anuncia que se ha llegado a un nivel de sobre compra donde es obligado una corrección para que posteriormente pueda producirse un último movimiento alcista que ponga fin a todo el ciclo. Podríamos decir que es un movimiento correctivo necesario para que se produzca la traca alcista final.
Los murciélagos vuelan siempre en los momentos de máxima volatilidad y suelen desconcertar a los operadores que cambian constantemente de opinión viendo el mercado alcista o bajista de un día para otro, ya que en realidad eso es lo que anuncian, movimientos rápidos en ambas direcciones.
Producida el alza intensa y continuada, condición previa indispensable, se produce finalmente la detención del movimiento alcista con una primera corrección moderada, a continuación pequeños movimientos en una y otra dirección sin alejarse mucho del suelo de dicha corrección lo que hace que los operadores empiecen a dudar si la corrección va a continuar o se va reiniciar el movimiento alcista, cuando las dudas empiezan a hacer mella es cuando el mercado se vuelve alcista de nuevo con fuerza suficiente para devolver el optimismo, entonces escala sin dificultad hasta el máximo anterior y se para justo en él o lo sobrepasa ligeramente, rara vez se queda por debajo aunque puede suceder según la forma que haya tomado el suelo de la corrección, es entonces cuando ha vuelto la confianza y nadie lo espera cuando se desata una corrección rápida y profunda que sorprende a todos impidiendo salir del mercado a los precios que parecían consolidados.
Los murciélagos son fáciles de medir en la profundidad de la corrección, siendo generalmente simétricos, aunque puede haberlos inclinados. Lo habitual es contar dos máximos similares (las alas) y un suelo de corrección muy claro donde el mercado ha rebotado varias veces. Determinados estos puntos, se traza una línea con el pico de las dos alas y otra con los mínimos del suelo, a modo de la línea clavicular de un hombro-cabeza-hombro. Se mide entonces esa distancia y se multiplica por 1, 618. El total de dicha proyección se mide desde la línea clavicular hacia abajo y el punto obtenido será el objetivo de caída. Debo advertir que si bien es cierto que esta regla funciona generalmente, ha de ser complementada con el recuento típico de las ondas de Elliott para asegurarnos de encontrar el suelo exacto, pues he podido comprobar que a veces no llegan al lugar indicado (cuando hay una onda cuatro en el recorrido) y que otras, las más, la corrección alcanza mucha más profundidad. La zona de congestión inmediatamente anterior es el punto de parada habitual. Es por eso conveniente hacer un recuento de las ondas que se producen en la caída así como esperar a que nos den entrada indicadores técnicos como el MACD para asegurarnos de que vamos a entrar en el momento oportuno. De cualquier forma esto lo haremos con el fin de lograr la excelencia pues el murciélago, incorpora un seguro de vida que subsana cualquier error de entrada: el mercado finalmente se vuelve y , también con gran velocidad, aunque mucho menos que en la caída, consigue hacer máximos de nuevo.
En mercados fuertes, con gran inercia alcista, una vez superadas las alas del murciélago las cotizaciones permanecen por encima durante un tiempo suficiente y una amplitud clara. Sin embargo en otros más débiles, donde ya se han producido pequeñas correcciones, próximas en el tiempo, suelen hacer máximos cortos y rápidos para girase de nuevo a la baja rápidamente. Alguna vez he encontrado murciélagos que se han convertido en pautas terminales, sin posterior recuperación, son escasos y se dan siempre en posición de onda “B”.
Finalmente la última indicación, cuando el mercado haya acabado la onda alcista que superó la altura del murciélago el ciclo habrá acabado y entonces, con el tiempo suficiente, el mercado, ahora bajista, irá perdiendo posiciones y no volverá a ser alcista al menos hasta que haya caído por debajo del punto donde finalizó el murciélago, generalmente en la parte baja de la onda cuatro inmediatamente anterior al mínimo del murciélago.
Los murciélagos son tan fiables que funcionan en gráficos de índices y de acciones, así como en gráficos semanales, diarios, horarios e incluso de minutos, si bien es cierto que en estos casos la tercera regla de las descritas debe ser olvidada. Encontrar un murciélago en gráficos intra día es como encontrar un tesoro pues asegura una ganancia espléndida en muy corto espacio de tiempo y sin apenas riesgo. Son más fiables, como todas las figuras, cuanto más amplio y participativo es el producto en el que operamos.
A continuación me gustaría hacer unas indicaciones sobre la morfología del murciélago pues es muy característica y es la que le da su nombre. Cuando está en formación es fácil intuirlo pues, una vez finalizada el ala izquierda , empieza a construir pequeñas ondas pegadas al suelo de la corrección donde destaca una central, a modo de cabeza y dos laterales a modo de orejas, que suelen ser bastante simétricas, antes de comenzar el ala derecha que nos dará la confirmación. Las orejas pueden superar la altura de la cabeza o quedar por debajo de ellas pero suelen estar a la misma altura. Alguna veces se producen murciélagos sólo con cabeza o sólo con orejas, pero son menos fiables hasta que no se inicia la caída pues pueden confundirse con otras formaciones. Finalmente advertir que también pueden encontrarse invertidos, pero en estos casos suelen desdibujarse en su simetría y no respetar algunas de las reglas descritas.
A veces, en acciones sueltas, con características especiales, sobre todo en murciélagos muy anchos, he comprobado que la cotización puede tardar mucho tiempo en volver a máximos. Los murciélagos que mejor funcionan son los que se forman con gráficos de 30 a 70 barras o velas, entre los picos de las alas, ya sean de minutos, horas o días.